La cultura del sacrificio

La cultura del sacrificio

¿Es el sacrificio el único medio para alcanzar dignamente nuestras metas?

Te cuento un chisme personal

Soy muy curiosa y me encanta investigar cuando algo me genera intriga y siento que puede ayudarme a mejorar mí vida.

Por eso, vengo hace tiempo investigando sobre la neurodecodificación laboral y una cosa me fue llevando a otra y empecé a unir muchas piezas que tenía en mí mente hace años.

No quiero que estás revelaciones queden solo en mí, me encantaría compartir todo lo que estoy aprendiendo y descubriendo, que me voló la cabeza y me está sacando de mí casillero mental

Por eso diseñe el Programa OVP, pero ahora te quiero compartir una parte.

¿Te interesa?

Te invito seguir leyendo "La cultura del sacrificio"  

¿Sabías que la palabra trabajo proviene del latín tripalium que quiere decir tres palos y se usaba como elemento de tortura?

Analizando un poco la palabra trabajo me di cuenta que está compuesta de dos palabras traba y abajo.

Esto aunque no nos demos cuenta de forma consciente nos genera un montón de pensamientos y acciones negativas en nuestra mente, las palabras no son inocentes.

Siempre me interesó conocer la etimología de las palabras porque de esa manera entendemos mejor el lenguaje de dónde proviene y qué palabras estamos usando en nuestro día a día. 

Muchas veces nos acostumbramos a usar palabras como comunes o normales en nuestro dialecto y no nos damos cuenta que nos están creando un efecto negativo a nivel inconsciente.

Anoté las palabras que considero que se relacionan con trabajo de forma habitual y también hice una encuesta y estás fueron algunas de las palabras que surgieron:

productivo, hacer, sacrificio, esfuerzo, dignidad, plata, lealtad, oportunidad, tranquilidad, responsabilidad…

En principio la mayoría son palabras positivas, pero me hago una pregunta, ¿solo el trabajo puede darnos esto? 

Me refiero a que ¿sólo la manera que conocemos de trabajo es la que puede brindarnos estas cosas?

¿Qué pasaría si el “trabajo” sería más que cumplir con mandatos, horarios, expectativas/sueños de otros, sacrificar actividades personales, sacar tiempo de descanso, priorizar en el trabajo sobre las propias necesidades, vivir para el trabajo?

También creo que esta relacionado con que cuanto más cueste más valor tiene, cuánto te mereces, la dificultad versus la facilidad

así que estas palabras y estas cosas que se suelen relacionar con el trabajo y que veo en mi vida cotidiana que están relacionadas con el trabajo 

me llevaron a evaluar esta palabra y buscar una palabra que la reemplace y que no genere algo tan negativo. 

Las dos palabras que me surgieron fueron, proyecto y propósito.

Buscando justamente la etimología tanto proyecto como propósito tienen el prefijo pro que quiere decir ‘hacia adelante’ por eso son dos palabras que me generan mucho más positividad.

Proyecto es acción de echar o llevar hacia adelante, y propósito es también poner por delante.

Cuántas frases conocemos que nos acompañan cotidianamente como: 

‘El que quiere celeste que le cueste’

‘Al que madruga Dios lo ayuda’

‘Me costó sangre, sudor y lágrimas’

‘Lo que fácil viene, fácil se va’ 

¿Qué otras frases conoces? ¿Alguna vez te detuviste a pensar el mensaje que nos están dejando estás frases?

Cuanto más cueste, más esfuerzo, o más sacrificio lleve algo parece que más valor tiene. 

Estamos muy acostumbrados a la cultura del sacrificio.

Todo lo que tiene que ver con el esfuerzo, el sacrificio, la lucha, la resistencia, el aguantar, tolerar, etc.

¿Y cuánta cultura tenemos, con las ‘malas palabras’ fácil, sencillo, fluir, ocio?

Estas palabras parecerían como que hablan de cosas malas, negativas.

Si no sos productivo no servís para nada, sos un vago, no vas a llegar a nada en la vida.

Una persona que “no hace nada” en su vida está muy mal vista y es juzgada, la que está siempre ocupada y corriendo es vista como productiva ¿qué pasa con el no hacer? 

¡Ojo! que no estoy hablando de esperar que llueva Maná del cielo, estoy hablando de que no necesariamente tenemos que sacrificarnos, postergarnos y sufrir para lograr nuestros objetivos y el estilo de vida que deseamos. 

¿Quién dijo que está bien o mal no hacer lo que supuestamente hay que hacer? Entonces parecería como que nada de lo que llegue sin esfuerzo vale la pena. 

¿Por qué no empezamos a plantearnos hasta qué punto esta cultura del sacrificio es lo que está bien y el único camino? 

Hasta qué punto vamos a seguir comprando esto del sacrificio, cómo si no hubiera otro camino digno para vivir, que es lo único que vale en la vida como si el ocio, la diversión, el disfrute, fueran la mala palabra y no serían parte de la vida o estaría mal gozar, disfrutar, ser feliz, tener tiempo libre.

Es una invitación a reflexionar, yo empecé hace un tiempo a cuestionarme muchas de estás cosas y estoy descubriendo todas las limitaciones mentales que tenía y el darme cuenta me están ayudando a sentirme mejor, más liviana, más agradecida, con más disfrute y plenitud, apartando la culpa de mí vida que tan enquistada está. 

¿Por qué no empezamos a pensar en invertir tiempo, invertir dinero o invertir en vez de pensar en gastar?

Gasté dinero, gasté tiempo, perdí tiempo, perdí dinero… No me alcanza, no llego, no puedo, está difícil…

Podemos probar con el “por ahora no tengo x…” ¿qué sí tengo o cómo puedo conseguirlo?

Podemos empezar a utilizar las palabras desde otro lugar y pensar y mirar desde otro lugar y la realidad puede mejorar notablemente y diría que hasta mágicamente (otra mala palabra).

Me considero muy racional y estoy intentando aflojarle a la razón para dejarme sentir y conectarme más conmigo misma y con la vida.

Estoy descubriendo que hay ‘magia’ en esto, y yo suelo rechazar el pensamiento mágico o al menos siempre quiero buscar la parte racional, el porqué, el cómo, etc.

Y escuchando a una coach en Instagram, Evelin Monzón, me reveló mucho sobre este tema, dijo: 

“Cuando dejemos de querer entender, empezamos a vivir.” 

Hay que dejar fluir/soltar

“El cómo se lo dejo al universo.”

Esto me quedó sonando en la mente y en el cuerpo. 

Y me trajo a un montón de situaciones en mí vida que logré cosas casi impensadas sin esfuerzo y también me di cuenta que las viví con culpa, por el “no haberme sacrificado” 

Reflexionando, me di cuenta que no las logré de milagro, había una intención interna de lograrlo, mí energía y mí mente me llevaron a eso que deseaba, sin tantas vueltas, me deje fluir sin casi darme cuenta.

Yo que siempre quise/intenté tener todo bajo control, buscar la perfección al punto de la parálisis por análisis, cuando me salí de ese lugar las cosas vinieron a mí y tengo muchos ejemplos a lo largo de toda mí vida.

Siempre sentí que la mente es muy poderosa, que la mente controla nuestra propia vida, nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y por consecuencia nuestras reacciones y acciones.

Así que la mente puede hacer que esos sentimientos, esas emociones se puedan manejar de otra manera porque el poder está en la mente, cada día que pasa en mi vida más y más creo y siento que es así.

También sé que me puedo equivocar, sé que mañana puedo cambiar de parecer, pero esto es algo que vengo trayendo en mí hace tiempo y a medida que voy investigando y estudiando diferentes cosas voy confirmando una y otra vez que esto es así para mí. 

Elijo construir este estilo de vida para mí.

Cuando era adolescente leí “Las 7 leyes espirituales del éxito” de Deepak Chopra.

Y recuerdo que una de las leyes habla justamente de la ley del menor esfuerzo

Me preguntó ¿Qué me pasó en la vida o qué me hizo olvidar de esa ley que siempre sentí que vibraba conmigo?

Hoy la vuelvo a tomar y vuelvo a recordarme que es posible una vida sin sacrificio, más allá de lo que pueda suceder, quiero vivir la vida en plenitud.

Te comparto esta pregunta que también escuché de Evelin Monzón:

¿Estás dispuesta/o a dejar ir la dificultad en tu vida?

No digas simplemente sí, preguntatelo con profunda sinceridad.

______

Te invito a hacer un juego que puede ser muy revelador.

Te dejo 2 palabras DINERO y TRABAJO y te voy a pedir que:

Las anotes una debajo de la otra y que ahora escribas lo primero que venga a tu mente sin pensar y te dejes fluir, anota todo lo que venga a tu mente.

Ahora responde las siguientes preguntas:

¿Qué anotaste primero? 

¿Cuántas cosas vinieron a tu mente? ¿Con qué lo relacionas? 

¿Con qué relacionas la palabra dinero y trabajo? 

Ahora evalúa cada palabra y responde ¿Crees que las palabras que anotaste son positivas o negativas?

Las palabras negativas son las que hay que poner el foco para empezar a lograr una transformación.

También te invito a pensar:

Si el dinero no fuera un problema y/o preocupación y no lo necesitaras, te pregunto ¿Seguirías con el mismo trabajo que tienes hoy por el resto de tu vida?

Si tu respuesta fue sí, eres muy afortunada/o estás haciendo lo que te hace feliz.

Si tu respuesta fue no, ¿qué estás esperando para hacer lo que verdaderamente deseas?

Si queres, después contame qué te pareció este juego.

Abrazo grande

Autor: Vanessa Lerner

Fundadora Grafo-Logos®.

A​sesora a profesionales y emprendedores desde el año 2006.

Contacto: info@grafo-logos.com

 

¿Es el sacrificio el único medio para alcanzar dignamente nuestras metas?

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